Canciones TERESIANAS

En mi camino de fe, una de las mujeres que más me fascina es Santa Teresa de Jesús. Aquí ofrezo un algunas de sus poesías y frases hechas canción y que están contenidas en el CD titulado «Teresa, alma de fuego». Me uno, así, a la iniciativa del V Centenario de su nacimiento, deseando contrubuir modestamente a dar a conocer a esta Santa tan extraordinaria y, sobre todo, buscando facilitar, a quien me escuche, el encuentro profundo, sincero e íntimo con Dios.

Todas las canciones con los acordes pueden descargarse pinchando en este enlace: ACORDES Teresa, alma de fuego

Nada te turbe

Del poema Nada te turbe

 

Nada te turbe,

nada te espante;

todo se pasa,

Dios no se muda.

La paciencia

todo lo alcanza.

Quién a Dios tiene

nada le falta. (bis)

Sólo Dios,

sólo Dios basta.

Solo Dios,

sólo Dios basta. (bis)

 

 

En la cruz está la vida

Fragmentos del poema A la exaltación de la cruz

 

En la cruz está la vida

y el consuelo,
y ella sola es el camino
para el cielo.

En la cruz está el Señor
de cielo y tierra,
y el gozar de mucha paz,
aunque haya guerra.
Todos los males destierra
en este suelo:
y ella sola es el camino
para el cielo.

Es la cruz el árbol verde
y deseado
de la esposa, que a su sombra
se ha sentado
para gozar de su Amado:
el Rey del cielo,
y ella sola es el camino
para el cielo.

 

Ayes del destierro

Fragmentos del poema del mismo título

¡Cuán triste es, Dios mío,
la vida sin ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Carrera muy larga
es la de este suelo;
morada penosa,
muy duro destierro.
¡Oh Dueño adorado,
sácame de aquí!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

iOh muerte, benigna
socorre mis penas!
Tus golpes son dulces,
que al alma libertan.
iQué dicha, oh mi Amado,
estar junto a ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

El amor mundano
apega a esta vida;
El amor divino
por la otra suspira.
Sin ti, Dios eterno,
¿Quién puede vivir?
Ansiosa de verte,
deseo morir.

 

Vuestra soy

Fragmentos del poema Vuestra soy, para vos nací

 

Vuestra soy, para vos nací

¿Qué mandáis hacer de mí?

 

Soberana Majestad,

eterna Sabiduría,

Bondad buena al alma mía;

Dios, Alteza, un Ser, Bondad:

la gran vileza mirad,

que hoy os canta amor así:

¿Qué mandáis hacer de mí?

 

Vuestra soy, pues me criasteis,

vuestra, pues me redimisteis,

vuestra, pues que me sufristeis,

vuestra, pues que me llamasteis.

Vuestra, pues que me esperasteis;

vuestra, pues no me perdí:

¿Qué mandáis hacer de mí?

 

Veis aquí mi corazón,

yo le pongo en vuestra palma;

mi cuerpo, mi vida y alma,

mis entrañas y afición.

Dulce Esposo y redención,

pues por vuestra me ofrecí:

¿Qué mandáis hacer de mí?

 

Dadme muerte, dadme vida,

dad salud o enfermedad,

honra o deshonra me dad;

dadme guerra o paz crecida,

flaqueza o fuerza cumplida,

que a todo digo que sí:

¿Qué queréis hacer de mí?

 

Dadme riqueza o pobreza,

dad consuelo o desconsuelo,

dadme alegría o tristeza,

dadme infierno o dadme cielo,

vida dulce, sol sin velo,

pues del todo me rendí:

¿qué mandáis hacer de mí?

 

Si queréis que esté holgando

quiero por amor holgar;

si me mandáis trabajar,

morir quiero trabajando;

decid dónde, cómo y cuándo,

decid, dulce Amor, decid:

¿qué mandáis hacer de mí?

 

Oh, mi Dios

Exclamaciones del alma a Dios. 6.1

 

Oh, mi Dios y mi criador,

que llagáis y no ponéis la medicina;

herís y no se ve la llaga,

matáis dejando con más vida.

 

 

Vivo sin vivir en mí

Fragmentos del poema Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí,

y tan alta vida espero,

que muero porque no muero. 

Vivo ya fuera de mí,

después que muero de amor,

porque vivo en el Señor,

que me quiso para sí.

Cuando el corazón le dipuso en él este letrero:

Que muero porque no muero.

 

Aquesta divina unión

del amor en que yo vivo,

ha hecho a Dios mi cautivo

y libre mi corazón.

Y causa en mí tal pasión ver a Dios mi prisionero,

que muero porque no muero.

 

Mira que el amor es fuerte:

vida, no me seas molesta;

mira que sólo te resta, para ganarte, perderte.

Venga ya la dulce muerte,

venga el morir muy ligero,

que muero porque no muero.          

 

 

Mis tesoros

Poema En la profesión de Isabel de los Ángeles

Sea mi gozo en el llanto,
sobresalto mi reposo,
mi sosiego doloroso,
y mi bonanza el quebranto.

Entre borrascas mi amor,

y mi regalo en la herida,
esté en la muerte mi vida,
y en desprecios mi favor.

Mis tesoros en pobreza,
y mi triunfo en pelear,
mi descanso en trabajar
y mi contento en tristeza. (bis)

En la oscuridad mi luz,
mi grandeza en puesto bajo,
de mi camino el atajo,
y mi gloria sea la cruz.
Mi honra el abatimiento
y mi palma el padecer,
en las menguas mi crecer
y en menoscabos mi aumento.

En olvido mi memoria,
mi alteza en humillación,
en bajeza mi opinión,
en afrenta mi victoria. (bis)

En el hambre mi hartura,
mi esperanza en el temor,
mis regalos en pavor,
mis gustos en amargura.
Mi lauro esté en el desprecio,
en las penas mi afición,
mi dignidad sea el rincón,
y la soledad mi aprecio.

En Cristo mi confianza
y de él solo mi asimiento,
en sus cansancios mi aliento,
en su imitación mi holganza.
Aquí estriba mi firmeza,
aquí mi seguridad,
la prueba de mi verdad,
la muestra de mi fineza.

 

Ya toda me entregué

Poema íntegro Sobre aquellas palabras “dilectus meus mihi”

Ya toda me entregué y dí,
y de tal suerte he trocado,
que mi Amado es para mí,
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor,
mi alma quedó caída.
Y cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado,
que es mi Amado para mí
y yo soy para mi Amado.

Tiróme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador.
Yo ya no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

 

Amor crecido

Del poema a San Andrés Apóstol El amor cuando es crecidono puede estar sin obrar.

 

El alma que anda en amor

Letra: San Juan de la Cruz

Nº 96 de los puntos de amor

 

El alma que anda en amor,ni cansa ni se cansa.

 

 

Solo Dios basta

Fragmentos del poema Nada te turbe

Nada te turbe,

nada te espante;

todo se pasa,

Dios no se muda.

La paciencia

todo lo alcanza.

Quién a Dios tiene

nada le falta. (bis)

sólo Dios basta.

sólo Dios basta. (bis)

 

Eleva el pensamiento,

al cielo sube;
por nada te acongojes,

nada te turbe.
A Jesucristo sigue

con pecho grande;
y venga lo que venga,

nada te espante.

 

¿Ves la gloria del mundo?

Es gloria vana;
nada tiene de estable,

todo se pasa.
Aspira a lo celeste

que siempre dura;

fiel y rico en promesas,

Dios no se muda.

 

 

Alma de fuego

Letra y música: Maite López

 

Teresa de Jesús,

Alma de fuego,

amiga fuerte de Dios,

maestra de oración. Bis

 

Andariega de Dios,

de recio caminar,

hablas de un agua que calma la sed.

Sabia mujer,

de pluma, rueca y camino,

entre pucheros hallas a Dios.

 

Enséñanos a estar

a solas con Dios:

Amigo que sabemos nos ama.

Ayúdanos a ser hijos de la Iglesia:

en comunión y en libertad.